Virgen galactotrofusa sedente en madera de cerezo tallada, policromada, dorada y estofada. Procede de la Parroquia de Riezu y es uno de los escasos ejemplos de Virgen de la leche de Navarra. Talla de transción gótica-renacentista, va vestida con túnica y manto real estofado como trono de un Niño que apoya su mano derecha en el pecho materno y con la izquierda sostiene el orbe. Ha sido restaurada y la corona ha sido rehecha pues el 90% de las Virgenes con corona la han perdido, bien por destrucción o porque se las han quitado para colocarles coronas metálicas. Terminada la Guerra Civil en 1939 la Iglesia navarra solicita donativos de objetos religiosos en ayuda de las iglesias devastadas por la guerra. Entre los objetos que ceden distintas parroquias aparece esta Virgen junto con otras tallas y objetos litúrgicos que se reunen para una exposición pública pero en el último momento para proteger el arte en Navarra se prohibió el exodo de dichos objetos artísticos. Muchos objetos no vuelven a su origen y algunas piezas acaban en el Museo Diocesano y otras como esta talla terminan en manos de particulares. Se sabe que estuvo en manos de un ingeniero checoslovaco que trabajó en Pamplona como especialista en maltas, gran coleccionista de antigüedades que la conservó hasta su muerte en 1980 y con posterioridad formó parte de otra colección particular en Pamplona. Esta obra aparece reproducida y mencionada e “Iconografía y Santuarios de la Virgen de Navarra”; P. Jacinto Clavería Arangua, 1942 Tomo I pag. 182´donde se menciona que es muy parecida a la de Eguarte y Nuestra Señora de Arquijas en Zúñga. Existe una fotografía de ella, conservada en el Archivo de la Excma. Diputación Foral de Navarra, realizada por D. José Uranga h. 1916. Altura: 80 cm.