Óleo sobre tabla Medidas 58,5 x 45 cm La aparición de esta obra supone una importante contribución al corpus pictórico de Luis de Morales, más conocido como “el Divino” por su consumada dedicación a cuadros de temática religiosa que gozaron de gran popularidad entre la clientela del momento. Fue tal su fama que debió de ser requerido por el mismo Felipe II para pintar algunas obras devocionales que más tarde regaló a su círculo de amigos más íntimo. La obra que nos ocupa guarda un enorme parecido con el Ecce Homo que se conserva en la catedral de Sevilla. En esta última réplica, casi exacta, se aprecia una zona más amplia del torso y el brazo derecho. Muy similar, pero con alguna diferencia en la colocación de las manos y en el movimiento del cuerpo, es el Ecce Homo de la colección madrileña conde de Albox y, más reducido, el de la colección de Vicente Castañeda. Como recientemente ha manifestado la investigadora Isabel Mateo, gran conocedora de la obra de Luis de Morales nos encontramos ante una obra autógrafa, de excelente calidad, sin intervención del taller. La cuidada precisión del dibujo, unido a la portentosa minuciosidad con la que el pintor ha descrito detalles tan sumarios como las heridas sangrantes de la frente o los cabellos así lo corroboran. Se adjunta un extenso estudio realizado por doña Isabel Mateo (enero 2022).