Óleo sobre lienzo
Medidas 104 x 129,5 cm

Esta escena de los Desposorios de la Virgen se pude atribuir con total seguridad a Giuseppe Simonelli, uno de los más fieles discípulos de Luca Giordano. Esta composición es deudora del monumental cuadro, hoy en el Museo del Louvre, realizado por Giordano tres o cuatro años antes de su prolífica estancia en la Corte española (1692).

Este mismo cuadro formó parte de un importante ciclo pictórico sobre la vida de la Virgen María que estuvo ubicado en la Cámara de la Reina en el Palacio Real antes de su marcha a Francia. Sin duda nos encontramos ante una obra de madurez de Simonelli que según documenta De Dominici (Vite de pittori, 1742-1745, 2008, III, págs. 847-849) tuvo que gestionar los numerosas empresas comerciales del maestro durante su larga estancia en la Corte madrileña.

Además de las muchas afinidades estilísticas que se pueden advertir con el jordanismo atemperado y académico que caracterizan las obras postreras de Simonelli como la Natividad de la Virgen y la Presentación en el templo (Iglesia de Santissima Annunziata, Nápoles) y con la Historia del Hijo pródigo de la Real Granja de San Ildefonso. El pintor y tratadista español Antonio Palomino lo sitúa como uno de los colaboradores “más adelantados” de Lucas Jordán (A. Palomino, El Museo pictórico y escala óptica, 1715-1724, ed. 1947, p. 414).

Afirmación del todo cierta si tenemos en cuenta que Simonelli estudió las obras directamente en el taller del famoso maestro napolitano, contribuyendo a la difusión de sus propios modelos iconográficos entre los pintores hispanos (Antonio Palomino, Desposorios, 1695, Museo de Escultura de Valladolid). Se adjunta un estudio completo realizado por el profesor Mauro Vincenzo Fontana, Università della Basilicata, gran especialista en la obra de Luca Giordano y seguidores (con fecha del 12 de noviembre de 2018)